Seleccionar página
Lo nuestro fue un amor frágil.

Como una rosa seca al morir,
como el sonido del viento 
en una noche quieta.

Fue frágil porque así lo decidimos,
porque no lo cultivamos a diario, 
como lo prometimos.

Porque aunque de nuestros labios 
desbordaran promesas,
nuestros actos marcaron diferencias.

Nuestro amor fue frágil,
no importa cuánto tratáramos 
de mantenerlo vivo,
igual iba a morir.

Lo dejamos morir 
y hay que reconocerlo,
porque cuando nos necesitó 
para darle aliento,
preferimos darle paso al orgullo.

Dejamos que nuestro amor agonizara
cada noche,
cada día,
con cada promesa fallida,
y con cada beso perdido.

Hoy este amor es nada,
solo el recuerdo 
de lo que un día fue.

De los años maravillosos 
y sutiles, 
que nos hizo vivir
cuando era fuerte y vigoroso.

Nuestro amor fue frágil,
es definitivo.

No importa lo que hagamos,
nunca va a resucitar.

- David Sanz